Le vaticinaron que moriría aplastado por una casa, así que decidió alejarse de pueblos y ciudades, y se marchó a vivir al campo, donde poder estar a salvo.
Sin embargo no le sirvió de nada, ya que podría decirse que esa fue la causa por la que murió.
Una tienda de mascotas ofrecía cachorros a la venta.
Dos hombres entraron en el local.
El primero puso cien euros sobre el mostrador y pidió un cachorro. El vendedor le preguntó si prefería un caniche, un labrador o un alsaciano. Eligió el caniche.
El segundo hombre también puso cien euros y pidió un cachorro. El vendedor no dijo ni una palabra, simplemente le entregó un cachorro de alsaciano.